Argentina // 2020-06-19
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Datos y Algoritmos: el motor del Capitalismo de plataformas
Esta "energía limpia" que enciende a la economía global, está basada en no permitir el control personal de los datos que se utilizan para la gran maquinaria digital.


Big Tech, como se conoce colectivamente a las empresas digitales, utiliza el modelo de negocio 'plataforma', que aprovecha las fuerzas combinadas de la conectividad a Internet y la inteligencia algorítmica (procesamiento paralelo) para producir ventaja competitiva derivada del aprendizaje con datos externos a través de la computación cognitiva.

La economía digital se desarrolla a una velocidad vertiginosa, impulsada por la capacidad para recopilar, analizar y utilizar el volumen masivo de datos que diariamente y en forma creciente fluye por “los caños” de internet con destino a computadoras donde los algoritmos los convierten en el valor central del Capitalismo de plataformas.

Esos datos provienen de las huellas digitales marcadas por las actividades personales, sociales, culturales y empresariales que se realizan en diversas plataformas digitales de la World Wide Web. El tráfico mundial se organiza a través del Protocolo de Internet (IP).

Gran parte de los procesos y sistemas económicos basados en la inteligencia digital concertada se encuentran en pleno desarrollo, expandiendo al mundo sus servicios 4.0.  La cuota de eficiencia debe generar un alto volumen de dinero para repartir en los accionistas por lo cual para asegurar el dividendo los servicios 4.0 deben ser completamente novedosos y demasiado atractivos para que las sociedades los incorpore. Un requisito importante de esta política digital es no permitir que las personas retengan el control sobre su información personal.

Esta “energía limpia” que enciende el motor de la economía digital, es universalmente reconocida por las corporaciones en los encuentros globales de negocios como el Foro Económico Mundial o los sendos artículos del Financial Times o The Economist. Pero los datos como recurso económico casi nunca figuran en las discusiones de políticas a nivel global. A nivel nacional, sus menciones siguen siendo en su mayoría muy generales o inexistentes.

Los EE.UU. y sus aliados políticos y económicos tienen un fuerte control sobre posicionamientos en política global. Cualquier discusión sobre datos como recurso implicaría la posibilidad de extracción de datos valiosos de las empresas con domicilio legal estadounidense. A pesar de esto con miras al nuevo orden comercial global, Estados Unidos y sus aliados, quieren lograr que todos los países firmen un régimen de "flujo de datos globales libres".

La cadena de valor de los datos es tipificada como: datos personales o no personales; privados o públicos; recopilados con fines comerciales o gubernamentales; facilitados voluntariamente, observados o inferidos; sensibles o no sensibles.

La cadena de valor plantea desafíos sobre la veracidad y el valor de los datos. Las corporaciones u organizaciones que promueven la recopilación de datos; la elaboración de conocimiento a partir de los datos; el almacenamiento, análisis y modelización de esos datos se encuentran demandadas en producir este recurso no natural.  El valor surge una vez que los datos se transforman en inteligencia digital y toman un valor económico a través de su utilización comercial.

A medida que la economía digital crece en la mayoría de las relaciones económicas, el acceso y el control sobre varios tipos de datos determina la ventaja o desventaja económica comparativa de los actores involucrados, consumidores y corporaciones.

Las leyes actuales de protección de datos no se centran en la dimensión económica de los mismos, incluso en términos de datos personales. Una de las columnas principales de la economía digital se afianza en la publicidad dirigida o personalizada, para lo cual los datos personales son el insumo clave para la gestión inteligente o la inteligencia artificial basada en datos de actividades de todo el comercio global. No alcanza con el anonimato de los datos. 

El valor predeterminado está dado por quien recopile dichos datos de forma total y exclusiva. Este incumplimiento, prepara el escenario para que algunas corporaciones digitales se conviertan en las más ricas a nivel mundial por capitalización de mercado. ZOOM ha sido uno de los ganadores de la cuarentena producida por el COVID 19. La plataforma de videollamadas ha visto sus cifras disparadas, pasando de 10 millones de sesiones a 300 en apenas cuatro meses. La capitalización bursátil de ZOOM ha alcanzado los 49.000 millones de dólares. Esto supone, a su vez, más del doble de Twitter o Snapchat, pero lo más sorprendente es que es más de lo que suman entre sí las siete aerolíneas con más ingresos del mundo en 2019.

 

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