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El ejercicio de fuerza, como levantar pesas o trabajar con bandas de resistencia, ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que permite que el cuerpo utilice de forma más eficiente el azúcar en sangre y contribuya a mantener niveles de glucemia estables.
Además, la musculación favorece la pérdida de grasa corporal, mejora la salud cardiovascular, la movilidad, el equilibrio y fortalece los huesos, aspectos importantes para prevenir complicaciones asociadas a la diabetes.
Según la Asociación Americana de Diabetes, se recomienda a las personas con diabetes combinar ejercicios de resistencia con actividad aeróbica (caminar, nadar o andar en bicicleta) para obtener mayores beneficios en el control de la glucemia y en la salud integral.
Los especialistas recomiendan realizar entrenamientos de musculación al menos dos veces por semana, siempre bajo supervisión de profesionales, con ejercicios adaptados a cada persona y considerando posibles complicaciones de salud.
La actividad física, sumada a una alimentación adecuada y los controles médicos regulares, continúa siendo uno de los pilares fundamentales para mejorar la calidad de vida de quienes viven con diabetes, y la musculación es un aliado que cada vez gana más relevancia en este proceso.